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La industria editorial privada en la primera mitad del siglo XX.

La industria editorial privada en la primera mitad del siglo XX.

Por Angela Regina Núñez Alonso
Archivo Histórico EBC

En los primeros años del siglo XX comenzó la masiva circulación de textos literarios en México, algunos eran impresos en Francia, Inglaterra, Estados Unidos y España, sin embargo la coyuntura de la Primera Guerra Mundial provocó que las importaciones del libro se vieran afectadas. Aunado a esto, el escenario político mexicano violentado por la revolución agravó la distribución de libros, lo que trajo consigo que surgieran proyectos editoriales independientes realizados en colaboración de intelectuales mexicanos, que con el tiempo se convirtieron en grandes empresas editoriales establecidas en la Ciudad de México.

El panorama de la producción de libros en México se puede resumir en dos grandes vertientes: los impresos patrocinados por el Gobierno o la Universidad Nacional y los realizados por las editoriales de carácter privado.

El propósito de este texto es realizar un recuento sobre la industria editorial privada de la primera mitad del siglo XX, industria que se caracterizó por estar integrada por grupos de colaboradores polifacéticos, que desarrollaron proyectos editoriales muy interesantes, que en la actualidad se consideran parte de nuestro patrimonio bibliográfico.

Vasconcelos José. Ulises criollo, México, Botas, 1945.

A principios del siglo XX, la Imprenta de don Antonio Vargas Arroyo y la de Eduardo Guerrero, herederas de tradiciones tipográficas del siglo XIX, Librería Porrúa Hermanos se fundó en 1900, la Librería y Ediciones Botas en 1907, la Imprenta de Manuel León Sánchez en 1908 y la Editorial Cvltvra en 1916.

Mención especial merece la Editorial Cvltura dirigida en su primera época (1916-1921) por Julio Torri y Agustín Loera y Chávez quien fue director de dos importantes instituciones educativas: la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archiveros (1916) y de la Escuela Bancaria y Comercial (1929-1961).

La Editorial Cvltvra tuvo su primer taller en República de Argentina no. 51 y después en la calle de Guatemala no. 962, ambas, en el actual Centro Histórico de la Ciudad de México. Sus primeros impresos fueron una serie de libros de pequeño formato manufacturados de manera artesanal, sobre autores extranjeros contemporáneos y clásicos universales, como: Oscar Wilde, Goethe, Nietzsche, Luis G. Urbina, José Vasconcelos, Manuel Toussaint, Alfonso Reyes, entre otros.

“La periodización con la que se publicó la serie conformó un amplio catálogo de 87 títulos, ordenado en 15 tomos; el último volumen no llegó a completarse con los seis números, por lo que a lo largo de siete años la colección representó una labor de convivencia intelectual de sus editores y colaboradores en el taller de la imprenta.”3

De 1916 a 1917, 32 números de la colección se imprimieron en la Imprenta Victoria y de 1918 a 1923, 52 números por Tipografía y Litografía de E. Murguía.

La práctica editorial fue el resultado de las tertulias literarias y artísticas, ilustraron los textos y portadas varias generaciones de artistas: Julio Ruelas, Roberto Montenegro, Jorge Enciso, Diego Rivera y Saturnino Herrán; que veían en el medio impreso un canal para defender la creación literaria y artística, y difundir sus obras.

Maeterlink, Mauricio. “El pájaro azul”, Cvltvra, I, 5, octubre 1916, p. 143. Ilustración de Saturnino Herrán.

Otras de las publicaciones realizadas por editorial Cvltvra fueron la revista “El Maestro” de José Vasconcelos con un tiraje mensual de cincuenta mil ejemplares, las ediciones de Ulises, los primeros 31 números de la revista “Contemporáneos” y libros como “El matrimonio del cielo y el infierno” de W. Blake y la “Antología de la poesía mexicana moderna” de Jorge Cuesta.

Banca y Comercio, VII, 3, 1 marzo 1940.

1921 marcó la segunda época de la editorial Cvltvra, cuando Rafael Loera y Chávez, hermano mayor de Agustín Loera y Chávez adquirió todas las acciones de la editorial, al igual que de la editorial México Moderno que en 1919 fue fundada por Agustín Loera y Chávez, Enrique González Martínez y Manuel Toussaint. Durante la gestión de Rafael Loera se imprimieron dos publicaciones bimestrales emitidas por la Escuela Bancaria y Comercial: la revista Banca y Comercio publicada de 1937 a 1940 y Crédito distribuida de 1942 a 1961.

El Tesoro de la Juventud o Enciclopedia de Conocimientos, Tomo XVII, W.M. Jackson, Inc. Editores.











Otra editorial fundada en 1923 fue la W.M. Jackson, Inc. que editó la enciclopedia “El tesoro de la juventud” y en 1925 surgió la Editorial Libros y Revistas. Ya para la década de los treinta otros sellos editoriales fueron Alcancía dirigida por Justino Fernández y Edmundo O´Gorman, en 1933 la Editorial Patria dedicada a la producción de libros escolares y en 1937 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas se crearon Letras de México y la Editorial Polis la Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana (UTEHA)que contó con la participación de exiliados españoles. Otras editoriales surgidas con capital español y mexicano fueron la Edición y Distribución Ibero Americana de Publicaciones, S.A. EDIAPSA y la Editorial Séneca. Ya para la década de los cuarenta surgieron Editorial Jus (1941), Ediciones Cicerón (1944), Editorial Hermes (1945) y Editorial Diana (1946)4.

Hasta aquí hemos dado cuenta de un número considerable de editoriales que se crearon en la primera mitad del siglo XX, un período de auge editorial, donde el diseño exterior de los libros destacó en su extraordinaria calidad plástica convirtiéndose en verdaderas obras maestras, lo que nos permite conocer las tendencias artísticas de una época y enfatizar su valor histórico y cultural.

Las cubiertas incorporaron en su diseño el estilo curvilineo del art Nouveau y las ilustraciones y dibujos, las realizaron grandes ilustradores y pintores como Roberto Montenegro, Saturnino Herrán, Gerardo Murillo, Julio Ruelas, Ernesto García Cabral, Diego Rivera, entre otros.

Buena parte de las publicaciones eran ediciones de gran calidad, debido entre otros factores a que sus productores fueron intelectuales y personalidades destacadas en los campos de las artes, las ciencias y los negocios.

La biblioteca de la Rectoría y el Archivo Histórico de la Escuela Bancaria y Comercial conserva en el Fondo Antiguo Agustín Loera y Chávez, Fondo Alejandro Prieto y Fondo José Luis Osorio Mondragón verdaderas joyas bibliográficas de este período, como la colección Cvltvra y la enciclopedia el Tesoro de la Juventud. Patrimonio bibliográfico legado de la EBC y que se pone a disposición de nuestros usuarios para su consulta en sala.

1 Chávez, Carlos. Mis amigos poetas: López Velarde, Pellicer, Novo. México, El Colegio Nacional, 1977: 13.

2 AH-EBC | Fondo EBC | Acervo hemerográfico |Anuncio de la casa editorial Cvltvra, Banca y Comercio, I, 1.

3 Cervantes Becerril, Freja I. “La edición literaria en días agitados: la Colección Cvltvra (1916-1923)”, En: Estantes para los impresos: espacios para los lectores: Siglos XVIII – XIX, México, Instituto Mora, 2017, pp. 191-192.

4 De Lira, Daniel. “La producción editorial de Gabriel Fernández Ledesma, Francisco Díaz de León, Miguel N. Lira y Josefina Velázquez de León su organización bibliográfica y su valor patrimonial” Tesis doctoral en Bibliotecología y Estudios de Información, UNAM, 2013.

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