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Joyas de la arqueología norteamericana y británica en la Biblioteca Cervantina

Joyas de la arqueología norteamericana y británica en la Biblioteca Cervantina

Manuel Tapia Becerra

Tecnológico de Monterrey

Uno de los periodos más polémicos en la historia de la arqueología practicada en México se relaciona con las actividades realizadas por parte de un número de viajeros y exploradores extranjeros que recorrieron el país durante el siglo XIX. La experiencia vertida en sus relatos, la descripción de sus hallazgos, el asombro de sus descubrimientos y una vasta colección de grabados y litografías en donde retrataron los monumentos prehispánicos, se hallan bajo resguardo en las Colecciones Especiales de la Biblioteca Cervantina del Tecnológico de Monterrey. Este importante acervo mexicano, reconocido mundialmente, preserva para los investigadores y para cualquier lector en general, una considerable cantidad de volúmenes correspondientes a las primeras ediciones publicadas en el extranjero por los autores, la mayoría ingleses y norteamericanos. Al mismo tiempo, el acervo reúne un importante número de ediciones mexicanas que ofrecen la traducción al español. En esta colección resaltan autores como Lord Kingsborough, Frédéric Waldeck, John L. Stephens, Frederick Catherwood, Benjamin Moore Norman y Désiré Charnay.
Entre las obras que destaca por su monumentalidad, tanto en la cantidad de volúmenes como en el tamaño individual, es Antiquities of Mexico (Fig. 1) de Edward King, visconde de Kingsborough, conocido históricamente como Lord Kingsborough, célebre anticuario irlandés que reunió copias de códices prehispánicos provenientes de distintos museos en Europa para incluirlos en su obra. Una de las grandes contribuciones de Kingsborough es haber reunido códices y grabados (Fig. 2) que permanecían en bibliotecas de París, Berlín, Dresde, Viena, Roma, El Vaticano, Bolonia y Oxford. Otro de los principales aciertos de Kingsborough fue incluir los grabados que Guillermo Dupaix (presentado como M. Dupaix) ofreció en su informe de exploración a Palenque tras una estancia realizada entre 1805 y 1808.

Fig. 1 Antiquities of Mexico

 
 
Fig. 2 Códice Mendocino

A pesar del enorme esfuerzo y los años de dedicación, Kingsborough comprometió su fortuna para imprimir los libros. Para su mala suerte, las ventas de la colección no fueron las esperadas, pues cada uno de los nueve ejemplares se ofrecía por la cantidad de $ 400 dólares, lo que significa que un lector tenía que desembolsar $ 3 600 dólares para tener la colección completa. Con excepción de algunos anticuarios y un número limitado de bibliotecas, casi nadie compró los ejemplares, lo que provocó la ruina del conde y terminó preso en la cárcel por no poder pagar la edición impresa de su obra. Los ejemplares preservados en la Biblioteca Cervantina evidencian una característica que jugó en contra de Kingsborough. Los nueve volúmenes impresos de Antiquities of Mexico son excesivamente pesados (tienen un peso cercano a los 30 kilogramos por tomo), y son de gran dimensión (56 cm de alto por 39 cm de ancho), por lo que las dimensiones dificultaron aún más su adquisición. Las Colecciones Especiales de la Biblioteca Cervantina albergan dos juegos de esta polémica obra: uno corresponde a la primera edición de 1838 en lengua inglesa, y la segunda corresponde a una edición hecha por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, publicada entre 1964 y 1967, con el nombre de Antigüedades de México.
Otro de los ejemplares importantes en la Biblioteca Cervantina es Incidents of Travel in Central America, Chiapas and Yucatan (Fig. 3), de John Lloyd Stephens. Este es uno de los libros más importantes de la arqueología americana publicados en el siglo XIX. Lanzado por primera vez por la imprenta de Harper & Brothers en 1841, se convirtió en un singular éxito editorial, pues vendió veinte mil copias en tan sólo tres meses. Esto permitió que Stephens publicara Incidents of Travel in Yucatan en 1843 (Fig. 4), tras un nuevo viaje a la península. El libro de Stephens puede distinguirse en la historia de las publicaciones arqueológicas, no sólo como un best seller, sino como un long seller, por sus continuas reimpresiones desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Fig. 3 Incidents of Travel in Central America (1841)

Fig. 4 Incidents of Travel in Yucatan (1843)

El compañero de aventuras de Stephens, el arquitecto Frederick Catherwood, pudo obtener grabados espectaculares gracias al uso de una cámara lúcida. Este personaje, de origen británico, también se unió a la euforia editorial del momento, y publicó con sus propios recursos Views of Ancients Monuments in Central America, Chiapas and Yucatan (Fig. 5) en 1844. Algunos especialistas consideran que los grabados de Catherwood introdujeron al mundo europeo la visión más espectacular de la civilización maya prehispánica.
Fig. 5 Views of Ancients Monuments in Central America, Chiapas and Yucatan

Les anciennes villes du Nouveau Monde; voyages d’exploratio de Désiré Charnay, publicado en París por la imprenta de Hachette & Cie, en 1885, fue uno de los libros más populares en Europa, ya que este personaje fue uno de los primeros que introdujo la cámara fotográfica como instrumento de registro arqueológico, lo que dio a su obra un valor diferenciador. Las fotografías de Les anciennes villes du Nouveau Monde (Fig. 6) ofrecen un panorama distinto de la arquitectura prehispánica, en comparación con la obra de sus predecesores, quienes ilustraron gráficamente sus hallazgos mediante grabados y dibujos.
Fig. 6 Les Anciennes Villes du Nouveau Monde

Hay que resaltar que estos libros tienen un valor documental extraordinario, ya que nos permiten reconocer el panorama editorial de la época, las concepciones científicas sobre el estudio de los pueblos, la historia de algunos de los hallazgos arqueológicos más importantes, en una etapa anterior al período institucional, y por último, la visión romántica de los exploradores en su afán por redescubrir el Nuevo Mundo, después de trescientos años de haber permanecido con escaso acceso durante la época colonial. La enorme ventaja de mantener preservado estos materiales en la Biblioteca Cervantina, es que pueden ser objeto de estudios profundos sobre su materialidad y sus singulares características editoriales, gracias al esfuerzo que el Tecnológico de Monterrey hace por mantener la memoria de la humanidad.

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