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Miradas en el tiempo de ProHispen

Centro Cultural Prohispen

Raúl Rivero Canto

Como parte de la sección “Miradas en el tiempo”[1] les quiero platicar sobre una de las principales fiestas de tipo religioso y popular que se realizan en la península de Yucatán. Me refiero a la fiesta de la Santa Cruz de Sabán que se lleva a cabo a finales del mes de abril en El Cedral, en la Isla de Cozumel, Quintana Roo.

El Cedral

Esta fiesta tiene su origen justamente en el inicio de la Guerra de Castas, cuando Casimiro Cárdenas sale del pueblo de Sabán localizado al centro del estado de Quintana Roo y huye hacia la isla de Cozumel junto con su gran compañera de toda la vida, Victoriana Tapia. Ellos juntos inician desde mayo de 1848 la fiesta en honor a la Santa Cruz que los había acompañado en su viaje desde Sabán hasta El Cedral.

Ya en El Cedral, el templo se establece justamente a un lado de un monumento arqueológico del posclásico de estilo Costa Oriental, y posteriormente se configura el pueblo en torno a la familia Cárdenas Tapia. Pasaron los años y la fiesta de la Santa Cruz permaneció y ha sido declarada patrimonio inmaterial por parte del municipio de Cozumel; es una de las más animadas, más concurridas y sin duda es un aspecto fundamental en nuestra vida peninsular.

Pensar en la fiesta de la Santa Cruz de Sabán en El Cedral nos hace redescubrir que nuestra historia sigue conectada con nuestro presente. En realidad la capilla de la Santa Cruz actualmente no es un monumento de gran valor artístico, sin embargo es contenedor de un patrimonio inmaterial fabuloso. Durante mucho tiempo se pensó que la historia de Casimiro Cárdenas y Victoriana Tapia, quienes cruzaron el mar Caribe desde la costa de lo que hoy es Playa del Carmen hasta Cozumel, era un cuento, un relato más; no obstante sabemos que es una familia que existió, pues sus descendientes viven en la isla y en la entrada del pueblo de El Cedral se encuentra el monumento en honor a Casimiro y Victoriana.

Es importante recordar la fiesta del pasado 3 de mayo no puede pasar desapercibida. A pesar de que las condiciones actuales no permitieron que se festeje como otros años, debemos tener en cuenta que las fiestas tradicionales de la península son parte fundamental de nuestra región y que lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande.


[1] “Miradas en el tiempo”  surge como una respuesta del Centro Cultural a la contingencia sanitaria del COVID-19 por la que atravesó nuestro estado y todo México y que aún padece. Este confinamiento adoptado por los yucatecos durante los primeros meses como medida de prevención, no fue una excusa para dejar de promover la cultura y la historia de la península. Ante ese escenario, consideramos que el Centro Cultural tenía una oportunidad valiosa para implementar nuevas acciones que ayuden a proyectar y difundir las manifestaciones culturales de la península de Yucatán mediante capsulas grabadas y publicadas en todas nuestras plataformas.

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